Medidas de prevención y precauciones para trabajar con lluvia y viento en exteriores

Vuelve el otoño, una vez acabado el veroño, y con él, las lluvias y el viento. Para las personas trabajadoras que desarrollan su actividad laboral a la intemperie puede ser la estación más molesta del año.

En USO sabemos de la importancia de trabajar en condiciones óptimas de temperatura. Así, es necesario evitar los contrastes de temperatura, ya que son origen de catarros y gripes que, si bien se han originado en el puesto de trabajo, son tratados como enfermedad común y dan lugar a numerosas incapacidades temporales, incrementando el nivel de absentismo.

El artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales expone la definición de riesgo grave e inminente, los requisitos que ha de cumplir el empresario frente a estos y, conforme al artículo 14.1 de la misma, el derecho a interrumpir la actividad y abandonar el lugar de trabajo cuando se considere que dicha actividad entraña un riesgo grave e inminente para la vida o la salud.

En el caso de los trabajos a la intemperie, ante condiciones climatológicas adversas, como norma general hay que:

  • Interrumpir los trabajos en caso de lluvia intensa o fuertes vientos cuando se dificulte la visibilidad, la percepción de las señales de los trabajadores y del entorno. Para ello, es necesario la utilización de EPIS de alta visibilidad, que evitan riesgos como atropellos y otros accidentes.
  • Suspender la manipulación de maquinaria, si las condiciones climatológicas limitan sus condiciones de seguridad. La intensa lluvia puede provocar deslizamientos o desprendimientos de terreno, peligrosos no solo para los operarios en sí, sino también para los equipos de trabajo instalados.
  • Evitar los trabajos en altura. Las condiciones climatológicas adversas pueden suponer un serio peligro para los trabajos en andamios, escaleras o cubiertas, por lo que deben evitarse e, incluso, suspenderse. En caso de viento, se aconseja no trabajar sobre cubiertas con velocidades superiores a 50 km/h.
  • Suspender los trabajos cerca de líneas o transformadores eléctricos. El Real Decreto 614/2001 establece que cuando se realizan trabajos al aire libre se deben tener en cuenta las condiciones ambientales desfavorables para proteger al trabajador ya que se puede reducir el aislamiento de los equipos utilizados.

Para evitar daños personales, es necesario que la empresa adopte medidas preventivas, como disponer de:

  • Información sobre la previsión de tormentas en el lugar donde se ubica el trabajo y valorar convenientemente los indicios que advierten la probable llegada de una tormenta eléctrica, como la presencia de nubes densas y plomizas, vientos fuertes, truenos, lloviznas persistentes, etc.
  • Un procedimiento que especifique las normas de actuación en caso de tormenta, determinando las situaciones en las que deben interrumpirse los trabajos, el responsable de tomar la decisión y lo que debe hacer cada uno de los trabajadores en tales circunstancias.
  • Lugares adecuados en los que los trabajadores puedan refugiarse, con la protección necesaria, ante una posible descarga eléctrica. Cualquier instalación cerrada debe ser previamente evaluada para determinar si es posible permanecer en su interior.

Con respecto a las precauciones que debe seguir el personal trabajador a la intemperie, desde USO recomendamos, además de utilizar todos los EPIS contra la lluvia y el viento:

  • Evitar contactar con cualquier material metálico, puesto que los rayos aprovechan su buena conducción. Desprenderse de cualquier objeto metálico que se lleve encima.
  • Alejarse de objetos metálicos como vallas, alambradas, tuberías, instalaciones eléctricas, maquinaria, raíles de ferrocarril, etc.
  • Apagar los teléfonos y otros dispositivos móviles para evitar que sus radiaciones electromagnéticas atraigan los rayos.
  • No refugiarse bajo elementos prominentes solitarios.
  • Nunca se debe correr, especialmente con la ropa mojada, puesto que la turbulencia creada en el aire puede atraer el rayo.
  • Alejarse de terrenos abiertos y despejados, así como de ríos, lagos, charcos y otras masas de agua.
  • No refugiarse en pequeños edificios aislados, chozas o cobertizos. Tampoco en la boca de una cueva o bajo un saliente rocoso.
  • Colocarse de cuclillas, lo más agachado posible, con las manos en las rodillas, tocando el suelo solo con el calzado.
  • Un buen lugar para refugiarse a la intemperie es un vehículo cerrado, con el motor apagado con las ventanillas y las entradas de aire cerradas.