Paro de septiembre en Asturias: fin al sueño de una noche de verano
Con un 3.53 %, Asturias lidera la subida del paro en septiembre, con otras 25.000 personas no paradas buscando empleo
Asturias lidera la subida del paro al terminar septiembre, en un año en el que, más que nunca, se ha estirado la temporada estival, “y, al acabar, se acaban también las alternativas”, resume Miguel Rivero, coordinador de USO-Asturias.
Como en una comedia shakesperiana, “se acaba el sueño de las noches de verano, que dinamizan especialmente la costa, pero que tienen fecha de caducidad. Antes era el puente de Asturias, ahora vemos cómo se estira todo septiembre e incluso buena parte de octubre, pero nos despertamos, a fin de cuentas, y el otoño sigue siendo el de siempre”, apunta Rivero.
El paro registrado subió en 1.920 personas, un 3,53 %, hasta las 56.337. “Y hay casi 25.000 más que demandan empleo. 14.000 están ocupadas. Es decir, no solo están los asturianos que no encuentran trabajo, sino los que tienen un empleo por horas, con medias jornadas o fijos discontinuos. Buena parte de los no parados están subempleados”, denuncia el portavoz de USO-Asturias.
Como remate a este septiembre de cierre de persianas hasta el verano que viene, “cabe destacar otro dato: la contratación bajó con respecto a 2022, en el mismo mes, un 15 %”.
Peor recuperación del empleo femenino: aumenta la brecha
A pesar de los malos datos de septiembre, Asturias sigue teniendo mejor comportamiento que la media con respecto a los años previos. Pero hay un colectivo que se recupera peor. “La brecha de género en el paro ha crecido paulatinamente desde antes de la pandemia. Si el septiembre de 2019 cerró con un 57,71 de paradas, el año pasado estábamos en el 58,10 y ahora, en 58,75 %. Prácticamente 6 de cada 10 parados en el Principado son mujeres”, evidencia Miguel Rivero.
Por lo tanto, “necesitamos una renovación sectorial, una reindustrialización tecnológica de Asturias, pero también medidas sociales. La primera escuela de 0 a 3 autonómica es una buena noticia, pero más que insuficiente. La conciliación sigue recayendo en ellas, y la pandemia y la crisis de cuidados fue un paso atrás”.