Se dispara el paro en Asturias, con la mayor subida porcentual en 2022 y liderando el paro del norte
EPA de Asturias: 64.100 parados, 7.600 más en el último trimestre y 20.000 en todo el año, con un aumento del paro del 45,30 % y el peor dato tras el primer trimestre de pandemia
Hubo una época en la que los datos del paro en Asturias seguían la tendencia nacional con retraso. Pero, tras la pandemia, este comportamiento ha cambiado y parece ser el Principado el que comienza las tendencias. Asturias fue la primera región en recuperar los niveles de paro anteriores a la pandemia, pero también ha sido la primera en dar muestras de retroceso. Algo que la EPA de cierre de 2022 acaba de constatar, con un abultado aumento de los parados, 20.000 en un año, que son la segunda cifra más alta de España, tras Madrid, pero la peor en términos porcentuales: ha aumentado un 45,30 % el paro desde 2021. 7.600 de ellos, en el último trimestre del año pasado.
La peor tasa de paro del norte...
Asturias había enlazado cuatro meses de subida de paro registrado, pero en diciembre parecían mejorar los datos. La EPA, sin embargo, echa el jarro de agua fría: “salvo en el primer trimestre de covid, el primero de 2020, Asturias no había tenido en estos últimos tres años tantos parados. Y por entonces, con actividad casi nula, había solo 1.000 parados más: 65.100. El Principado es la peor economía de la mitad norte de España, la única por encima de la media, con un 14,39 % frente al 12,87 %”, analiza Miguel Rivero, coordinador de USO-Asturias.
...y la peor tasa de actividad
El resto de indicadores de la estadística no prometen una pronta recuperación: Asturias sigue teniendo, de lejos, la peor tasa de actividad. Solamente el 50,45 % de la población está en disposición de trabajar. Galicia, la penúltima, tiene el 52,69%. El Principado ha perdido ocupados, 3.400 en el último trimestre, pero 15.100 en todo 2022.
“Los efectos benevolentes del destino seguro de la pandemia han dejado paso a una realidad en la cual la energía pasa factura a nuestra industria y, al mismo, tiempo, no tenemos las condiciones climáticas ni las conexiones para convertirnos en una región de servicios”, continúa Rivero.
“Además de potenciar la industria tecnológica y plantar cara por una conectividad externa e interna del siglo XXI, el Principado debe volcarse en la economía del bienestar social. Tras la mínima tasa de actividad hay falta de dinamismo económico, pero también un componente demográfico, nuestro envejecimiento. Hay que tratar de hacer virtud del problema, acelerando los procesos de estabilización del Sespa y el ERA, fomentando la economía asistencial con más plazas y convenios colectivos dignos, y creando más centros especializados en cuidados y salud mental, cuya necesidad se ha evidenciado”, pide Miguel Rivero.